Amplio manto es el que le tejes
Obsequio para tus hijos
Forjado con el humo de tus entrañas
Vida que evoca a la muerte.
Avisos constantes con tus gritos das
Gritos que anuncian tu grandeza
Pocos son los que el entienden mensaje
Gritos de amor para la mujer dormida.
Nos erizas la piel con tu rugir
Nos bañas con el polvo de tu alma
Nos recuerdas cada día tu poder
Pero no nos dañas.
Tonto aquel que tu imagen no respete
Tu que tienes como corazón un trozo del sol
Que escupes fuego y nada te apaga
Aun después de haber perdido a tu amada.
Sigue cuidando de ella
No creo que despierte
Pero estarán juntos
Espera el día de tu muerte.
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